¡Poesias Genalguacil!
Las cabañuelas
En Genalguacil, tierra de encanto,
donde las cabañuelas marcan el tanto,
antes se cumplían refranes sin cesar,
pero hoy en día, todo ha cambiado, al hablar.
tierra encantada,
donde las cabañuelas son reverenciadas,
refranes antiguos, sabios y veraces,
nos cuentan historias de días y fases.
Los campesinos, conocedores del cielo,
leyendo señales, sabían el desvelo,
cuando las nubes grises oscurecían,
y la lluvia inminente se presentaba en el día.
Los refranes, en boca de ancianos sabios,
anunciaban el tiempo con verbo agrario,
"Por San Blas, la cigüeña verás volar,
la lluvia se acerca, lo puedes asegurar".
Abril traía consigo aguas mil,
y el último tuero, para mayo lo quiero,
reboleras hoy, mañana goteras,
el tiempo volvía a traer sus travesuras.
Marzo mayeaba y mayo marceaba,
un ciclo natural que la tierra ansiaba,
pero ahora las estaciones se desvanecen,
la naturaleza se ve afectada, perece.
Mas hoy en día, los tiempos han cambiado,
los refranes se pierden, poco recordados ,
y las señas que hablan con lenguaje sutil,
son ignoradas por aquellos del vil.
Pero un refrán persiste, sin desvanecer,
"El que anda con miel, se chupa los dedos",
un guiño a la política, al poder engañador,
donde solo el astuto se beneficia con fervor.
La política, a veces dulce como el néctar,
otros momentos amarga,
se entrelaza con sus suspiros,
un símil sutil de aquellos tiempos añejos.
los refranes antiguos pierden su poder,
pero la miel sigue presente, se puede ver.
En Genalguacil, tierra de tradiciones,
las cabañuelas y refranes son bendiciones,
nos recuerdan que el conocimiento ancestral,
es valioso y necesario, en este mundo tan virtual.
Miremos al cielo,
prestemos atención,
a las señas sutiles,
a la intuición.
pero recordemos que la sabiduría del ayer,
aunque cambien los tiempos, puede renacer
rescatemos los refranes, en su sabiduría,
no perdamos la guía.
Que en Genalguacil, las cabañuelas se mantengan,
y las viejas señas de lluvia prevengan,
que el saber del pasado nos ilumine el presente,
y enraicemos la sabiduría, constantemente.
Las cabañuelas nos enseñan que todo es fugaz,
las palabras cambian, se alteran en el compás,
pero en el trasfondo, la esencia permanece,
y en Genalguacil, su espíritu resplandece.

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